Hola, querida amiga,
Hoy quiero compartirte una reflexión que ha sido un verdadero punto de inflexión en mi viaje como madre. ¿Te has sentido alguna vez como una “mamá gallina”? Ese término, a menudo cariñoso, también puede esconder una realidad de sobreprotección, de vivir al servicio de los demás olvidándonos de nosotras mismas. Yo viví en ese nido un buen tiempo, atenta a cada pío, cada necesidad, cada peligro… pero me olvidé de algo fundamental: mis alas estaban hechas para algo más que solo cobijar.
El Día Que Decidí Ser Una Mamá Águila
La vida me puso ante situaciones que sacudieron mi nido: un divorcio, la pérdida de mi padre. En ese torbellino, tomé una decisión que cambiaría todo: me puse a mí misma en primer lugar. Sí, al principio me acompañaba una sensación de culpa por “desatender” a mis polluelos, pero algo increíble sucedió. Mi hijo de 15 años, que solía decir que no le prestaba suficiente atención, me confesó sentirme ahora más presente que nunca. ¿Cómo era posible si, teóricamente, pasaba menos tiempo con él? La clave estaba en la calidad de ese tiempo, en estar realmente ahí, no solo en cuerpo, sino en alma y corazón.
¿Qué Cambió?
Primero, tuve que redescubrirme. Recordar que, antes de ser madre, soy mujer. Ese fue mi primer vuelo. Al reconectar conmigo, al darme ese lugar prioritario, mi presencia se transformó. No solo mis hijos lo notaron; el mundo comenzó a verme diferente. Me sentía radiante, y mi magnetismo, aquel que parecía dormido, despertó.
¿Cómo Lo Logré?
Si te sientes identificada con esta historia de transformación de mamá gallina a mamá águila, quiero compartirte algunos pasos que me ayudaron a alzar el vuelo:
- Respirar y Conectar con el Corazón: Antes de reaccionar, antes de dejarme llevar por la corriente, me centro en mi respiración y en mi corazón.
- Abrazar a Mi Niña Interior: Reconocer mis propias pataletas internas, abrazarlas, entenderlas.
- Identificar Lo Que Realmente Me Molesta: Mirar más allá de la superficie, encontrar la raíz de mi incomodidad.
- Ver Más Allá de la Pataleta: Preguntarme, ¿qué necesita realmente mi hijo más allá de lo obvio?
- Actuar desde el Corazón: Una vez en mi centro, manejo la situación no desde la reacción, sino desde la comprensión y el amor.
No te voy a engañar, no es un cambio que sucede de la noche a la mañana. Pero con cada intento, con cada paso consciente, se vuelve más natural. Y este viaje no solo transforma nuestra maternidad, sino toda nuestra vida.
¿Lista Para Unirte al Vuelo?
Si sientes el llamado a desplegar tus alas, a reconectar con tu esencia y vivir una maternidad plena y consciente, te invito a unirte a este viaje. No se trata de descuidar a nuestros hijos, sino de enseñarles, con el ejemplo, el valor de volar alto, de perseguir sueños, de vivir con plenitud.
Cuéntame, ¿cómo vives tú este equilibrio? ¿Has sentido la transformación de mamá gallina a mamá águila en tu vida? Compartamos nuestras historias y aprendamos juntas a elevar nuestro vuelo.
Con amor,
Cata “Alzo Mi Vuelo” Heincke